Eventos

Máscaras de Carol Muñoz

Este proyecto denominado “Máscaras: delincuentes habituales” surgió tras la lectura diaria de lo visual y en concreto de manifestaciones que se mostraban en los mass media. Se percibe mediante estas representaciones fotográficas un abanico del uso de máscaras en el espacio metropolitano, esto es la consecuencia de la pérdida de nuestro dere- cho a manifestarnos en el espacio público. La derrota de nuestro rostro en las calles supone la lucha a través de las máscaras. Son innumerables las razones política, religiosas y sociales por las que se utilizan máscaras en las foto- grafías que ido recopilando: por la ocupación israelí, por maltrato de género, por el cese de gobiernos represivos,…y un largo etc. Sólo hay que ver para darse cuenta que los movimientos sociales siguen vivos y serán difíciles de apagar mientras el mundo siga siendo un lugar incómodo en el que vivir.

Para la ejecución de este proyecto recopilé un álbum visual de los manifestantes que habitaban las calles globalmente. Esta información visual la adapté al formato dibujo que es el soporte creativo de esta propuesta artística. Traté de tomar el aspecto de esa multitud de esos “otros” que no querían ser reconocidos, sintetizando sus rasgos haciendo uso de la creatividad para la re-interpretación de las fotografías. Los rostros pasan a ser de goma, de plástico, de trapos, de pañuelos, de botellas de plástico, de papel, el rostro queda alterado, borrado. Me preguntaba si la máscara y lo que esta supone comienza a ser temida, ésta podría ser una suerte de elemento de cambio. Vemos en los dibujos una ausencia expresiva, ojos vacíos y una boca neutra, la frialdad y la inhumanidad están presentes por el uso de las máscaras. Estas representaciones van acompañadas y enfatizadas por palabras, expresiones que los manifestantes muestran en las calles en sus máscaras o en sus pancartas.

Con el visionado de los dibujos podemos ver un catálogo de máscaras, la multitud se vuelven anónimas en lo genérico de la ocultación, pertenecen a un movimiento social en la que la lucha es el único fin. El cuerpo social se mueve como un río, en una sola corriente comprometida, las clases sociales quedan difuminadas tras las máscaras, en la que se busca un objetivo común.

Cierto es que no vamos a derrocar todo el sistema sólo por llevar unas máscaras aunque lo que si se genera con estas riadas multitudinarias de los sin cara es “armar ruido” y casi siempre este hecho generan unas consecuencias, se transforman en cambios. La máscara vino para quedarse es parte de nuestro lenguaje visual en las calles. Sólo hay una necesidad: manifestarse.